Frente a la iglesia de Santa María y vigilado por la figura del que fuera uno de los más ilustres fuenmayorenses, Don Antonio Valdés y Fernández-Bazán, quien en su día fue ministro de marina de Carlos III y capitán general de la Armada española, se encuentra el palacio de su familia, una de las de más ilustre raigambre de nuestro pueblo, los Fernández Bazán, que tenían otras casas solariegas en otras calles del Fuenmayor.
Estamos ante un gran palacio, una de las más importantes e impresionantes construcciones civiles de toda La Rioja, levantado en el siglo XVIII en buena piedra de sillería, aunque en las fachadas laterales y trasera sean de sillería tan sólo los esquinazos y los huecos de las ventanas, rellenándose el resto de los muros con una graciosa mampostería.
La fachada de una gran sencillez pero muy monumental nos marca las tres plantas del edificio, marcadas por cornisa de placa y cuatro vanos con molduras mixtilíneas.
La planta principal tiene unos preciosos balcones de una espectacular labor de herrería en los que puede verse la fecha de terminación del edificio (1758). También la fachada trasera presenta balcones de bella factura.
Los grandes ventanales enmarcados por mensulones y el frontón mixtilíneo que corona la puerta de entrada de medio punto enmarcada por pilastras rodean el escudo familiar acuartelado y bellamente decorado rematado por una hornacina también enmarcada por pilastras y frontón roto que alberga la imagen de San Francisco.
También es de destacar el alero del tejado en madera labrada con espectaculares canecillos y, rematando todo el conjunto y el tejado de cuatro aguas, una graciosa linterna que se abre sobre la doble escalera principal que domina con su gran prestancia el espacio interior, hoy completamente vaciado, ya que el edificio fue hasta muy avanzado el siglo XX una fonda en la que generaciones de fuenmayorenses han celebrado su boda y muchos veraneantes han pasado en ella sus vacaciones, pero hoy se encuentra vacío esperando un nuevo futuro en el centro de Fuenmayor.
