Ayuntamiento de Fuenmayor

Puedes escuchar audioguías en diferentes idiomas en este enlace en el que también podrás realizar una visita virtual a la ermita del Cristo.


Situada “extramuros de la Villa” en la antigua salida del pueblo hacia Logroño es una obra que se comenzó en el siglo XVII y se finalizó al siglo siguiente (en el dintel de la puerta aparece la fecha de 1788, probablemente la de terminación de las obras).

 

Y decimos extramuros porque estaba justo a la salida del pueblo, pasado el puente del Cristo, separando los caminos que llevaban a Logroño uno, por la antigua vía romana reaprovechada en el siglo XVIII para construir la carretera que permitía exportar el vino hasta Santander y el camino de las bodegas del Cristo, porque Fuenmayor cuenta con dos barrios de bodegas, este del Cristo y el de San Cristóbal en el otro extremo del pueblo.

 

Aunque es una obra barroca de marcada planta de cruz latina rematada por un gracioso cimborrio en el crucero y su  retablo mayor sea barroco de primera mitad del XVIII, el crucifijo que lo preside es muy anterior.

Se trata de una magnífica talla realizada por Juan de Lorena en 1549 y sobre la que descansa una bonita leyenda que dice que fue traída por un mulo desde Logroño que aguantó su gran peso sin dar muestras de fatiga hasta que llegaron a la ermita y en cuanto descargaron la imagen, el animal cayó muerto de cansancio.

No es el único milagro que se atribuye al Cristo de la Veracruz, ya que en 1612, como recuerda un cuadro exvoto colgado en sus muros, un niño de tres años, hijo de la familia Urbán del Campo, se ahogó en el pozo de su casas solariegas, una de las más antiguas del pueblo situado en la cercana calle del río, pero resucitó al implorar su salvación a la imagen.

El templo consta de una única pero amplia nave, presidida por una artística y monumental verja que enmarca el espectacular retablo mayor y también los otros laterales en los que destaca un original lienzo neoclásico de comienzos del XIX, que representa a S. Nicolás de Bari salvando a tres niños de morir ahogados en un "comportón" (recipiente en el que se depositaban las uvas para trasladarlas de la viña a la bodega).

Restaurada recientemente, la ermita luce sus pinturas decoradas en las paredes y su imponente porte que preside dos de las ceremonias más importantes del calendario festivo y religioso de la localidad, el día de San Isidro, cundo la imagen del patrón de los agricultores regresa a su lugar habitual en el altar mayor después de haber subido  la iglesia para que le recen la correspondiente novena en una procesión acompañada por las danzas regionales y que finaliza con misa solemne y bendición de los campos.

Más solemne y endomingada aún es la misa de 14 de septiembre, festividad de la Exaltación de la Santa Cruz. En esta ocasión la misa en la ermita precede a la procesión que lleva a la reliquia de la cruz hasta la iglesia en donde se da a adorar a los fieles.

Esta reliquia, el “lignum crucis” es una astilla de la cruz de Cristo donada por una rica vecina que residía en Madrid en donde su hijo, D. Gregorio Torrealba Salazar, apellidos de alta raigambre fuenmayorense, ocupaba altos cargos en la corte y a cuya muerte, en 1740, dejó pate de su herencia para crear una capellanía y celebrar la festividad con oficios religiosos, pero también con corridas de toros, siendo este el bonito origen de nuestra fiesta mayor que cada 14 de septiembre es una de las más visitadas y celebradas.

 

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